Del 18 de diciembre de 2020 al 10 de marzo de 2021
Todo en la pintura es proyección de la experiencia del cuerpo…
Esta serie de obras, empezada en 2020, propone un diálogo que busca en el cuerpo una superficie afín, capaz de ser pensada como intimidad extensa y ser recorrida de lado a lado con los amplios gestos de la pintura. ¿Cómo sentimos una superficie que nos queda fuera del alcance de la visión y del tacto? Solo el abrazo alcanza a la espalda.
Formada por láminas de músculos que se cruzan y superponen en todas direcciones, la espalda revela la estructura subyacente a través de pequeñas elevaciones bajo las que respiran y laten los movimientos no voluntarios del cuerpo. La integridad de la superficie y su continuidad con las finas capas que en las pinturas constituyen los campos de color definen la presencia paralela del propio espectador frente al cuadro.
La conocida Rückenfigur del paisaje romántico, ya sin lugar desde el que contemplar el mundo, se ha puesto a caminar hacia atrás, retrocediendo hasta el punto de vista y ocupando toda la escena.
Prudencio Irazábal
Diciembre 2020
