Del 18 de enero al 22 de febrero, 2024
Gone West
Primera exposición de Pau Aguiló en Pelaires Cabinet.
Gone West, descrita por Pau Aguiló como "una oda a la soledad", puede interpretarse como el retrato de una indagación en el sentido de uno mismo. Centrándose en los aspectos ubicuos de la condición humana, la serie de pinturas plasman las visiones alegóricas profundamente personales del artista y sus reacciones a los "New Poems" (Volumen Uno a Cuatro) de James Massiah.
El concepto surgió después de que Aguiló conociera casualmente a Massiah y, posteriormente, se familiarizara con su obra. Conmovido al instante por su autenticidad y cercanía, Aguiló decidió crear interpretaciones visuales de los versos de Massiah y centrarse en la palabra escrita para guiar sus composiciones, algo que lo acercó a un nuevo enfoque de la pintura: el proceso consistía en una disección minuciosa de los poemas, mediante la cual el artista seleccionaba fragmentos y frases que tenían el potencial de formar composiciones, elementos o símbolos convincentes para sus cuadros. Estos elementos sentaron las bases de sus narraciones pictóricas, dando como resultado final una serie de mundos imaginarios habitados por experiencias auténticas y palpables.
En esencia, Gone West explora la condición humana a través de una sincera introspección personal. A pesar de la imaginería ficticia y a veces caprichosa, los lienzos mantienen un increíble sentimiento de compasión, incitando a los espectadores a empatizar y enfrentarse a las luchas a las que se ven abocados a lo largo de sus vidas.
Aguiló decidió realizar la serie en Algaida, Mallorca, en el bosque donde pasó su infancia. Este lugar aislado le permitió pintar durante largos periodos de tiempo sin las distracciones del mundo exterior. Trabajó los lienzos de manera simultánea para crear una sensación de uniformidad en la paleta y en la composición de toda la serie, aunque en algunas obras se pueden apreciar diferencias entre el resultado final y sus poemas de referencia.Confinado en el aislamiento, fue capaz de crear íntimas reverberaciones de los poemas a través de su propia lente, incorporando en sus composiciones las características del entorno provinciano y remoto. Y lo que es más importante, el aislamiento le permitió escapar de la agitada ciudad de Londres y dedicar tiempo a reflexionar sobre sus experiencias en la bulliciosa metrópolis en un entorno completamente distinto, familiar y a la vez nostálgico. Así, Pau ancló su trayectoria conceptual en referencias autobiográficas, sobre todo, en su transición y adaptación a Londres y a su desconocida cultura. De esta manera, las obras aluden a la experiencia del artista con la migración a Europa Occidental y a sus ciudades alborotadas llenas de ajetreo, energía y ruido, y que, paradójicamente, a menudo pueden resultar alienantes.
En los cuadros aparecen figuras solitarias que deambulan por extensos paisajes y casas aisladas. En ocasiones, estas figuras tienen un propósito claro, actuando como afirmación, mientras que en otras parecen estar extraviadas y sin rumbo. Los protagonistas, con una naturaleza agridulce, parecen estar invadidos por una sensación de peligro omnipresente, manifestada a través de elecciones formales vívidas, como estallidos de color o líneas dinámicas. Aunque en algunas obras de la serie aparecen imágenes bélicas, escombros y una violencia implícita, en otras el conflicto no se presenta de manera tangible, sino de forma indirecta, a veces dirigido hacia uno mismo, evocando una melancolía inherente. La nostalgia y el sentimentalismo también son elementos clave en la experiencia global de la serie. Todos estos elementos pueden resultarnos familiares: la duda y el cuestionamiento de nuestras propias acciones y elecciones morales, junto con la empatía y la afinidad reflejadas por los personajes, permiten al espectador imaginarse en su lugar.
En definitiva, Gone West es un reflejo de la memoria, de las propias experiencias y de sus recuerdos en sí misma. En esta exposición, Aguiló se enfrenta a la alienación, a la pérdida, al sacrificio y a la incertidumbre, pero también a la ternura y a la compasión, dejando que sus lienzos narren la dolorosa y compleja existencia del ser humano.
Katerina Panasenko