Del 6 de junio hasta el 14 de septiembre, 2024
Una fascinación. Individual de Diego Delas para Galería Pelaires, comisariada por Cristina Anglada.
"Spells are poems; poetry is spelling. Spell-poems are vehicles of change that take us beyond the border of the rational into a place where the right words can influence the universe".
The Broken Open, So Mayer
"Si el deseo es el apetito de ver al ausente, el arte mira ausente".
La imagen que nos falta, Pascal Quignard.
La palabra fascinación viene del latín fascinatio (alucinación, atracción irresistible). Lo forman dos componentes léxicos: fascinum (encantamiento, hechizo, embrujo) y el sufijo -ción (acción y efecto). Una fascinación hace alusión al conjunto de prácticas que apela a una realidad de la que poco o nada conocemos y en la que quisiéramos intervenir a través de oraciones, talismanes y amuletos.
En septiembre del 2023 Diego y yo coincidimos en Mallorca con motivo de la inauguración de su pequeña muestra en el espacio Cabinet de Pelaires. La selección de piezas textiles de aquella muestra hacían referencia al folclore castellano, a la arquitectura vernácula y a las labores domésticas para, a través de ellos, recurrir a la memoria. Fue durante estos días cuando comenzamos a hablar de lo que acabaría siendo la exposición que ahora ha tomado forma en la galería y cuyas semillas conceptuales giran en torno al amuleto y al tarantismo.
El tarantismo fue un conjunto de prácticas en las que se utilizaba la música y la danza para tratar alteraciones psíquicas producidas supuestamente por la picadura de una araña. Delas, rastreando este concepto, se acercó a la fascinante figura de Ernesto de Martino, historiador de la religión y etnólogo napolitano, en cuya obra La Tierra del Remordimiento analiza el tarantismo como instrumento cultural que se empleó para afrontar las crisis de la presencia -experiencia donde colapsa la realidad, y nosotros con ella y que consiste en la pérdida de la distinción entre sujeto y objeto, entre pensamiento y acción, entre representación y juicio- que sufrían las clases populares en el Sur de Italia. El historiador propone una suerte de reconstrucción de la edad mágica, dejando de lado los prejuicios negativos que suelen acompañar a esta manera de entender el mundo, habitualmente asociada a la superstición y la irracionalidad, para pasar a considerarla una etapa esencial en el desarrollo de la civilización occidental, que tuvo la función de consolidar la presencia del ser humano en este mundo, en una etapa de nuestra evolución en la que el hombre no sentía garantizada su existencia en la Tierra.
Es para enfrentar el terror y el vértigo que nos provoca esta vida frágil, trágica y fragmentada para lo que creamos los mitos, cuya guía nos sirve para poder habilitar una vía que nos haga más fácil comprender la propia experiencia humana en toda su complejidad. El mito, como el arte, proviene de la imaginación, y trata de abrirse camino a través de aquello para lo cual carecemos de palabras. Y es que "los mitos se asoman al interior de un gran silencio" [1].
Los amuletos son objetos pequeños fabricados a partir de materiales naturales; a veces son tan diminutos que acababan disolviéndose en palabras, oraciones - deletreos (Spells). La fascinación es un tipo de magia imitativa primitiva, bien descrita por Frazer en La Rama Dorada, y por la escritora y etnóloga Carmen Baroja enel Catálogo de amuletos de 1945 del museo del pueblo Español, que se basa en el principio de que todo lo parecido o semejante atrae a lo parecido o semejante. "Las piedras perforadas que curan enfermedades, las campanas que ahuyentan los malos espíritus, las piedras de colorines que cuelgan del chupete de un niño (…); la idea de que las puntas duras rompen las malas miradas como los rayos del sol rompen las tinieblas está extendida por todo el mundo y constituye una creencia común en diferentes civilizaciones"[2].
La presente exposición se presenta como una narración construida a partir de objetos encadenados que nos interpelan de alguna manera. La primera sala acoge un conjunto de cuadros de gran tamaño que nos sobrepasan en su talla, contrastando con la potente simpleza de sus motivos y gama cromática, que nos retrotraen al ámbito de las labores populares. La segunda sala se conforma de una manera más íntima, con una serie de pinturas y textiles de menor tamaño. En ambas estancias se añade una selección de esculturas a modo de exvotos.
Los trabajos aquí reunidos funcionan como amuletos y se asemejan a la estructura de las cartas del tarot. Su composición perfila una especie de paisaje, o quizás de escenario, donde los objetos están dispuestos respondiendo a un orden que espera ser descifrado, interpretado en su cripticidad.
Montaña con reflejo hacia abajo, tréboles, ranuras de llave, ruedas, ruecas, letras, umbrales, manos, serpientes, úteros, cuevas, flores, pájaros, torres, sol, estrellas... Todo ello funciona como un mapa, cuyas múltiples direcciones te llevan a sumergirte en las mareas de nuestras propias profundidades.Son pinturas que, desde el juego de la adivinación, se presentan como oraciones que aspiran a conectar con ese otro mundo que trasciende lo cotidiano a través de lo cotidiano, y del que cada vez estamos más distantes (a diferencia del mundo rural de antaño). El arte busca algo que no está ahí, como un deseo a ciegas. Y es que "la pintura vendría a ser la imagen del deseo por algo ausente / Un profundo deseo de no ver lo real y que permite ver la imagen.¿cómo la imagen, al interior de la imagen, mira ausente?" [3]
Es en esta búsqueda, que parte de sus vivencias personales, donde Diego Delas consigue rescatar recuerdos al tiempo que explora su propia inquietud y curiosidad. Es en el desarrollo de proyectos como éste, en los que la investigación, la escritura y la construcción de objetos e instalaciones despliegan múltiples capas, donde el conocimiento y la ficción pueden producir luminosas conexiones.
Diego Delas nació un 4 de marzo del año 1983 en Aranda de Duero. Piscis en sol, Virgo en ascendente y Escorpio en luna. La inmensidad del mar y las aguas subterráneas. Pasó su infancia en un pueblo castellano de menos de veinte habitantes. Posteriormente estudió Arquitectura y Bellas Artes en Madrid antes de mudarse a Londres, donde realizó un máster en pintura por el Royal College of Art además de obtener un doctorado en el Ruskin College of Art, Universidad de Oxford. Actualmente reside en Málaga.
(Cristina Anglada)
[1] Breve historia del mito. Karen Amstrong.
[2]Catálogo de amuletos de 1945 del Museo del Pueblo Español, Carmen Baroja.
[3] La imagen que nos falta. Pascal Quignard.
La Galeria Pelaires ha rebut una subvenció del Consell de Mallorca per a la realització d'aquesta exposició.
Vistas de la exposición "Una fascinación" de Diego Delas, Galería Pelaires (Imagen de David Bonet, cortesía de la Galería Pelaires).