Del 24 julio al 25 noviembre, 2015
Boetti es considerado una figura central en el inicio y desarrollo del Arte Povera y del Arte Conceptual de los años 60-70, movimientos de los que tempranamente se quiso desvincular, dada su personal e inclasificable manera de entender el arte. En la década de los ochenta fue protagonista de una nueva manera de entender el arte que se inició con la mítica exposición Magiciens de la terre, en el Centro Georges Pompidou y en el Grande Halle en el Parc de la Villette de París (1989), a partir de la cual se establecieron las bases intelectuales de un arte desarrollado en un contexto post-colonial y glocal.
La exposición de Pelaires, comisariada por Caterina Raganelli Boetti, viuda del artista y, a la vez, presidenta de la Fondazione Alighiero e Boetti, recoge 20 obras representativas de los últimos años de vida del artista. Una etapa que se caracteriza por un renovado brío creativo y una búsqueda personal que se desarrolla a partir de un trabajo realizado en colaboración (los artesanos de Afganistán, por ejemplo) en el que el artista se convierte en una especie de director de orquesta, liderando un proceso creativo ideado por él y realizado en equipo. Simultáneamente, Boetti fue capaz de sumergirse en la soledad del estudio y crear imágenes tan inmediatas y rápidas como sus pensamientos, hechas a partir de siluetas con aerosoles de colores y sellos procedentes de Oriente, algunas de las cuales se pueden ver también en Pelaires. Una de las obras más importantes del artista es Autorretrato (1993), una escultura en bronce ubicada en el patio de acceso a la galería, que es la copia del cuerpo de Boetti, en el que el artista redescubre la tradición áulica de la estatuaria que marcó el inicio del Renacimiento italiano. Ideada para la exposición Sonsbeek '93 (Holanda) y después expuesta en el Hall del Centro Pompidou en el 1993, esta escultura animada por un dispositivo hidráulico y eléctrico es una suerte de "imagen viviente" del artista capaz de habitar la dimensión temporal del evento. Esta obra proviene de la Galería Christian Stein de Milán, donde en el 2014 fue expuesta como parte de la exposición antológica organizada por la misma galería en colaboración con la Fondazione Alighiero e Boetti como homenaje a los 20 años de la muerte del artista.
En general, la obra de Boetti se caracteriza por la multiplicidad, la dualidad y el desdoblamiento. A partir de 1972 decide firmar sus proyectos como Alighiero e Boetti, como si de dos artistas diferentes se tratara, haciendo gala de su fascinación por lo lúdico y lo experimental. Su trabajo, el individual y el colectivo, tiene una fuerte carga poética e icónica y, al mismo tiempo, muestra su apego por la historia, cultura y tradiciones no occidentales.
Esta exposición no hubiera sido posible sin la colaboración de la Fondazione Alighiero e Boetti y la inestimable ayuda de la Galería Christian Stein y la implicación personal de Caterina Raganelli Boetti.