Del 22 de marzo al 24 de mayo, 2024
Processionària es el título de la muestra individual del artista Gabriel Pericàs (Palma de Mallorca, 1988) en la Galería Pelaires, comisariada por Cristina Anglada.
Ramas, ramas, ramas, suelo, suelo, aire, ramas, ramas, ramas, ramas
El título de la exposición hace referencia a la procesionaria del pino o Thaumetopoea pityocampa, un tipo de oruga que crece en las coníferas del mismo nombre y cuya aparición (cada vez más pronto en el calendario del Apocalipsis climático) es siempre un acontecimiento primaveral teñido de cierta angustia y ansiedad social. Estos coloridos seres están recubiertos de peligrosos pelitos urticantes -algunos perros llegan a morir tras ingerirlas, producto de la hinchazón que generan en sus vías respiratorias-. En Mallorca su llegada temprana ha pillado por sorpresa a los regimientos de seguridad, los cuales disparan y hacen explotar esas bolsas trémulas que son los nidos donde crecen y de los que bajan para emprender su lenta y larga procesión. Siempre en fila, unidos por un hilo de seda.
La práctica de Gabriel Pericàs se basa en una investigación locuaz y perseverante que abarca temas variopintos; de la saliva al plomo pasando por la madera curvada. Aquello en lo que posa su atención se inunda de sugestión, activando, por un proceso semejante a la osmosis, nuestra propia curiosidad y asombro a través de diversas herramientas tanto discursivas como objetuales. Maneja múltiples fuentes y elimina jerarquías, al tiempo que emprende un estudio que es tanto teórico -muchas veces a partir de conferencias performativas o la escritura y edición de publicaciones de artistas afines-como de rememoración vivencial y trasteo material en el estudio. Sus trabajos son el resultado formal de la ejecución de protocolos. Es decir, sus piezas son la consecuencia material de procesos analíticos.
En la planta noble de la galería Pelaires encontramos un paisaje conceptual conformado por tres tipologías escultóricas que Pericàs ya había explorado con anterioridad y que aquí retoma con la intención de poner en práctica un crecimiento de escala. Este ejercicio iterativo, de investigación continua y episódica, es una constante en su trabajo: darle vueltas al asunto y rizar el rizo.
Al entrar en la sala, nos recibe una acumulación de sillas plegables. La promesa de un acontecimiento que implicará la presencia de público nos mantiene a la expectativa. Se trata deun ejercicio de ensamblaje secuencial de sillas de madera plegables que conforman un grupo de bultos que se auto-sostienen. Una mínima intervención mecánica permite a estos objetos cotidianos devenir extraños y desaparecer, a la vez que se nos invita a observarlos bajo una nueva luz, como si fuera por vez primera. Y nos damos cuenta de que los elementos que habían incitado nuestra expectativa son en realidad el acto en sí.
A continuación, encontramos dos nuevas iteraciones de la serie de esculturas Lead Thread, realizadas a partir del ensamblaje de fragmentos de antiguas tuberías de plomo. Descartados por su toxicidad (el plomo, como la procesionaria, encierra una promesa de muerte), los tubos son desenterrados -en un ejercicio casi arqueológico- y desechados. Ahora desprovisto de su función de canalizar agua doméstica, el plomo es rescatado del limbo chatarril, y reutilizado y exonerado como material escultórico. Esta secuencia de tuberías conforma una suerte de montaje narrativo cuyo hilo conductor se materializa con un soplido. Provinente de un compresor de aire equipado con una válvula temporizada, éste se hace evidente en el zarandeo sutil de unas plumas de paloma incrustadas en el material, coincidiendo con su desembocadura.
La serie Torsión y articulación es una suerte de ensemble compuesto por variaciones de una misma estructura, construida a partir de la articulación de partes de madera de mobiliario tradicional mallorquín que se caracterizan por un torneado salomónico. En el centro de esta proposición se encuentran cuestiones en torno al material y sus tensiones. La virguería del ebanista produce una apariencia blanda que choca aquí con la realidad dura del material, más evidente si cabe en contraste con la obligatoriedad de su articulación.
Todo comienza con una pregunta que muta en otra y después en la siguiente. En la imaginación del artista, el encuentro poético entre elementos aparentemente opuestos termina por evocar el colapso de todo lo que queda en medio, cancelando (tal vez) sus diferencias. Pericàs construye objetos de una alta densidad discursiva cuya puesta en escena propone una serie de enigmas nos invitan a tirar del hilo.
Gabriel Pericàs es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y ha cursado un máster en Parsons, The New School, Nueva York, con una beca Fulbright. Actualmente vive y trabaja entre Nueva York y Mallorca.
Cristina Anglada
La Galeria Pelaires ha rebut una subvenció del Consell de Mallorca per a la realització d'aquesta exposició.