La práctica de Ricardo Alcaide gira alrededor de temas vinculados con la memoria del modernismo en Latinoamérica y sus desvíos en el contexto actual. Como forma de análisis propia, Alcaide conjuga factores socio-políticos y culturales presentes en el contexto urbano, utilizando materiales encontrados o inspirándose en situaciones relacionadas con la deconstrucción estructural y simbólica de la 'malinterpretada' herencia latinoamericana. Se refleja en su constante búsqueda por la harmonía y la perfección a través de técnicas y materiales burdos como sus pinturas de poliuretano sobre panel de mdf utilizando un proceso de construcción-deconstrucción, o en sus composiciones donde utiliza materiales como el bronce y formas elaboradas manualmente junto a objetos encontrados como desechos de demoliciones urbanas. Como resultado, crea su discurso a través del orden y el conflicto, una ambigua realidad que se traduce en sus composiciones abstractas.