Es uno de los artistas más importantes de la escena contemporánea británica. Muy joven sobresalió del grupo de una de las generaciones más prolíficas de la Goldsmith University de Londres y empezó a exponer en galerías de renombre como Lisson y Thaddaeus Ropac. Una de las exposiciones que más le marcaron fue su selección para la conocida y polémica Sensation (1997) organizada por Saatchi en la Royal Academy of London que posicionó a una serie de artistas jóvenes británicos en el panorama internacional. Si bien Jason Martin reconoce que su trabajo está muy alejado de los argumentos de la muestra, se le etiquetó como uno de los selectos Young British Artists (YBA).

Jason Martin ha desarrollado un característico estilo propio basado en la gestualidad y la monocromía. En su interés por explorar las fronteras de la pintura, supera los límites habituales y se adentra en todas las potencialidades que este medio le ofrece, confiriendo a sus obras una extraordinaria cualidad escultórica. A través de gruesas capas superpuestas de pigmento seco y mate, aplicadas con pinceladas coreográficas y meticulosas, sobre superficies metálicas, consigue resultados táctiles de apariencia orgánica, fluctuante, evocando oleajes o escenarios volcánicos. Masas de pintura sobresalen del fondo y traspasan los límites del marco, aportando a todo el conjunto un potente carácter físico y procesual. El propio artista, que, en numerosas ocasiones, utiliza el movimiento de su propio cuerpo y pinceles fabricados por él mismo, describe sus obras como viajes en los que se mueve a través de la superficie. 

Estas obras hechas con pigmento puro contrastan con sus óleos. Más ligeros, delicados y sensuales, cuyas composiciones a base de finísimas líneas parecen cabellos peinados, de un realismo extraordinario, crean la ilusión de profundidad y translucidez. En ellas el protagonismo es para la luz que es capturada y reflejada a través estas superficies brillantes.