Mi práctica artística es principalmente de carácter pictórico y abstracto. Al principio, mis obras surgen de mi interés por la ciencia, pero a medida que pinto, las ideas dejan de ser tan importantes y el proceso me absorbe. Solo es cuando me tomo tiempo para reflexionar sobre lo que acabo de crear que las ideas originales resurgen por un momento. Me interesan los conceptos del orden y del caos, los cuales se aprecian en cuadros que hacen referencia al minimalismo y al expresionismo abstracto. A lo largo de los años, la cuadrícula, como forma, ha pasado a formar parte de mi diccionario personal. Históricamente, el uso de la cuadrícula en el mundo del arte la ha convertido probablemente en una forma emblemática.

Recientemente, mi interés científico se ha centrado en los mecanismos del universo. Me gusta pensar que el universo está formado por una estructura en cuadrícula invisible que conecta cada partícula y en la que el orden y el caos desempeñan su papel. ¿Qué se esconde en el espacio que separa dos objetos determinados del universo? A la vista, no hay nada. Eso me lleva a plantearme en concepto del nada. El espacio es principalmente un vacío con partículas de helio e hidrógeno por cada metro cúbico. En nuestro universo, incluso un oscuro espacio vacío sin partículas representa algo. Puede que sea eso lo que pienso antes de empezar a pintar. El uso de la cuadrícula y de líneas verticales unidas a formas abstractas me ayuda a continuar desarrollando y explorando estas reflexiones. Interpreto las formas como un campo infinito de energía que se embarcan en un viaje de nacimiento, formación y, finalmente, destrucción, solo para que después las partículas se reciclen y el proceso comience de nuevo. Esto, como me gusta pensar, es lo que sucede en todo el universo.

Mis últimos cuadros muestran formas en blanco sobre diferentes fondos de color. Lo que pretendo con el blanco es realzar esa energía invisible a través de un halo de luz.